17 de noviembre de 2008

NO QUIERO CONVENCER A NADIE DE NADA



No quiero convencer a nadie de nada.
Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la gana.
Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar; no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¡Quién es quién para decir "esto es así", si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?)
Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte.
Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!)
Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave. No tengo ningún deseo que me digan que la luna es diferente a mis sueños.

Jaime sabines

2 comentarios:

Abejaruco dijo...

Gracias Manoli, muchas gracias por compartir este poema con todos nosotros, aunque en mi opinión lo has mandado casi "A TORO PASAO". Fuera de bromas, la verdad es que nos viene muy bien para que nuestros alumnos disfruten de la prosa poética, y estas líneas son un gran ejemplo de ella. Y a ti, compañera, decirte que sigas publicando cosillas en el blog y continúes trabajando con esa ilusión y esa fuerza; lo estás haciendo genial. Un beso muy fuerte.

Anónimo dijo...

Abejaruco, ojo con los besos muy muy fuertes, que estás casado.

Felicidades, Manoli y a todos aquellos a los que este fragmento os haga pensar. Para mí, que no lo conocía, es casi un tratado filosófico, un tratado de ética, en el que creo y añadiría que efectivamente, no hay que convencer a nadie de nada, a lo sumo "mostrar" CON EL EJEMPLO, no para que imitemos al otro, sino para que nos imitemos a nosotros mismos, para que seamos honrados con lo que somos, hacemos y pensamos.
Ser honrado es aceptarse, es no ser hipócrita, es ser consecuente.
Quisiera, y lucho por, ser HOMBRE que camina sobre la tierra, que intenta no desear ser no que no es, que, aunque con los pies en la tierra, lucha quizá por una utopía, la de ser leal sobre todo a si mismo.
Para terminar, os felicito de nuevo y me voy a atrever a mandaos otro beso (menos fuerte).